Diferencias dentro de la alimentación vegetariana

Los expertos en nutrición dicen que las dietas vegetarianas, siempre que están bien balanceadas, son aptas para cualquier etapa del ciclo vital de una persona. Así que, ¿qué tal si te cuento algunas de las diferencias dentro de esta alimentación según los alimentos que se consuman?

Los diferentes tipos de alimentación basada en vegetales tienen en común que no consumen carne pero, pueden comer huevos, queso y pescado, aunque solo de vez en cuando. Ahora bien, depende del alimento que se incluya en la dieta vegetariana, podríamos hacer una clasificación de la siguiente forma:

Alimentación Ovolactovegetariana: No se consume carne, ni pescado ni sus derivados, pero si toma de vez en cuando productos lácteos y huevos. Es uno de los formatos más extendidas dentro del vegetarianismo. Ésta podría subdividirse en lactovegetariana (solo incluye productos lácteos) y ovovegetariana (solo incluye huevos como alimento de origen animal).

Alimentación Vegetariana estricta: No se consume ningun producto de procedencia animal. Es una dieta 100% basada en productos de origen vegetal.

Alimentación Vegana: Aquí se elimina totalmente el consumo de alimentos de procedencia animal, exactamente igual que la alimentación descrita en el párrafo anterior, con la diferencia de que la alimentación vegana está acompañada, en la mayoría de los casos, de un pensamiento ético de consumo, respetando siempre la vida de todo los seres vivos. En realidad va unida a un estilo de vida (no suelen usar productos como el cuero y la lana).

Alimentación Crudivegana: Es también una dieta vegana pero, basada en frutas y verduras sin cocinar o, cocinando ligeramente a temperaturas no superiores a los 42 grados centígrados para así conservar prácticamente íntegros todos los nutrientes de los alimentos.

Alimentación Macrobiótica: Esta dieta es de inspiración vegetal casi en un 90%, con la excepción de tomar pescado de vez en cuando. Es una dieta particular, basada en los cereales integrales mayormente, muchas verduras, siempre de temporada, alimentos fermentados, legumbres, todo integral y a ser posible ecológico. Las frutas se toman en verano y, el resto del año poco o muy poco, y siempre en versión cocinada, como en compotas, y haciendo uso de la sal marina para equilibrar la energía fría de la fruta.

Alimentación Frugívora: Se basa en el consumo de fruta fresca, fruta deshidratada y en frutos secos.

No por llevar una alimentación vegetariana vamos a estar más sanos. La base de una buena alimentación, cualquiera que sea esta, debería mantenernos alejados del consumo de azúcar refinado, de alimentos procesados, de grasas saturadas, de un exceso consumo de sal y del consumo habitual y abusivo del alcohol.

Una alimentación vegetariana, incluso en su versión más estricta, adecuadamente planificada y que se adapte a la persona y sus circunstancias puede ser saludable y proporcionar beneficios para el mantenimiento y prevención de la salud, además de para combatir enfermedades.

¿Qué beneficios tiene?

Uno de los mayores beneficios de las dietas basadas en vegetales es que el consumo elevado de fibra evita la obesidad, el estreñimiento y que se generen enfermedades, favoreciendo la salud intestinal exponencialmente. Además, la fibra nos ayuda a absorber los nutrientes procedentes de los alimentos, desde el intestino grueso, para ser llevados a nuestra corriente sanguínea, con el fin de tener una correcta nutrición celular y, en consecuencia, se produzca una correcta homeóstasis en nuestro cuerpo.

Todo ello sin olvidarnos de que tener una mente flexible y positiva también es muy importante para nuestro organismo. Nuestra forma de pensar y de sentir es muy importante, pues los pensamientos pueden cambiar totalmente la química del organismo, hasta el punto de bloquear la producción de jugos gástricos.

¿Quién puede ser vegetariano?

Como comenté al principio de la entrada, si la alimentación vegetariana está bien balanceada, es apta para cualquier etapa del ciclo vital de una persona, teniendo en cuenta que cada persona y situación personal es diferente a la del resto y habrá que ajustarse a esas particularidades. Todo esto partiendo de la base de que estamos sanos, aunque en muchas ocasiones, si hay un desequilibrio de salud o enfermedad, pautar una dieta vegetariana es lo más adecuado, pero en estos casos es mejor que sea supervisado por un especialista. No por el hecho de llevar una dieta vegetariana significa que seamos más sanos, pues hay alimentos que igualmente pueden estar dañando nuestro organismo sin ser conscientes de ello.

El término «Vegetariano» deriva del término en latín «Vegetus», que significa sano, lo que implica que una alimentación sana, bien planificada, la pueden llevar tranquilamente mujeres embarazadas, bebés en periodo de lactancia, en la infancia, en la niñez, en la adolescencia y/ó en la madurez y personas que practican deporte de forma habitual.

Explorar en el mundo vegetal, descubrir los alimentos que mejor nos sientan dependiendo de nuestra condición, constitución y genética, debería ser un reto para nosotros, pero desde una óptica positiva, flexible y divertida. Todo lo que se aleje de aquí nos acercará al desequilibrio, a la rigidez y a la enfermedad.

Aun teniendo la mejor dieta vegana, ecológica y estupenda del mundo y tengamos digestiones confortables, no debemos olvidarnos de que tener una mente flexible y positiva es muy importante para tener salud y equilibrio.

Tener la libertad de decidir en cada momento cuál es la alimentación que nos mantiene con salud, energía y alegría para vivir nuestro día a día es uno de los mejores regalos que nos podemos hacer a nosotros mismos.



A veces identificarnos con un término determinado, ponernos etiquetas, nos encajona, nos limita y hasta nos priva de libertad. En el campo de la alimentación no hay una fórmula mágica que sirva para todos, es más un proceso de desarrollo personal que se debe adaptar a nosotros y a nuestra realidad.

Por mi experiencia los cambios en las dietas, salvo por motivos urgentes de salud, hay que hacerlos poco a poco, dejando que nuestro cuerpo se vaya adaptando, escuchándole y dándole lo que nos pide, él es nuestro guía. 

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