Planificar semanalmente lo que vamos a comer nos permite alimentarnos de manera equilibrada, ahorrar en la compra y organizarnos de forma más eficiente al cocinar.

Planificar semanalmente lo que vamos a comer nos permite alimentarnos de manera equilibrada, ahorrar en la compra y organizarnos de forma más eficiente al cocinar.
Ha sido muy común en las dos últimas décadas escuchar hablar de la intolerancia al gluten, que algunas personas se autodenominen “celíacas” y que en los envases de muchos productos aparezca el aviso “sin gluten”.
El ajo ha sido cultivado desde tiempos inmemoriales y, aunque no sea muy amigo de los vampiros, entre nosotros siempre ha conseguido convertirse en un gran aliado para la salud.
Por lo tanto, una buena alimentación depende no solo de la calidad y variedad de los alimentos que ingerimos, sino también de la efectividad con que el proceso digestivo sea realizado.
Como ya sabemos, la celiaquía es una enfermedad autoinmune que afecta a diferentes sistemas orgánicos, cuya principal causa es el consumo del gluten. El gluten es una proteína que está presente en algunos cereales, como son el trigo, el centeno, la cebada, el kamut, la espelta y la escanda.
Las algas marinas, también conocidas como verduras del mar, conforman un grupo de diferentes organismos que crecen dentro del agua. Debido a su gran variedad, se las clasifica de acuerdo a su color, que, a su vez, varía dependiendo de la profundidad en la que las algas se desarrollen y de la cantidad de energía del sol que reciban
Este método culinario es uno de los más comunes y utilizados habitualmente, no solo en la cocina oriental, si no cada vez más en las cocinas occidentales.
Con el estudio de las vitaminas, no hace mucho se descubrió, entre muchas otras cosas, que ningún otro alimento contiene en tan poco espacio, tanta cantidad de vitaminas, y la mayor parte se concentra en las capas exteriores, la cascara y en la célula embrionaria, el germen. Esa es la razón por la cual la harina blanca, es decir harina refinada, es un alimento que carece de propiedades nutricionales, un alimento muerto que se pega en las paredes intestinales dificultando su digestión.