Alimentos fermentados y salud intestinal II

En el artículo anterior Alimentos fermentados y salud intestinal (I), te hablé de la importancia de consumir alimentos fermentados diariamente y de los alimentos que favorecen a tener una buena salud intestinal y también te hablé de aquellos que son desfavorables. ¿Recuerdas?

¿Desde cuándo el ser humano consume alimentos fermentados?

Los consume desde siempre, la fermentación ha sido el método más sencillo y natural de conservar alimentos, y ha sido utilizado por la humanidad a lo largo de la historia en todas las culturas y países del mundo.

Especialmente se utilizaba en la época anterior a la aparición de las neveras, lo utilizaban en general para conservar los alimentos fuera de temporada, y en los países donde el clima era muy frío y apenas disponían de alimentos de origen vegetal, lo que provocaba enfermedades y malnutrición.

Aquellos alimentos que se iban a poner malos de una temporada a otra los metían en botes con agua y sal o colocaban capas de sal entre el alimento y así los podían consumir durante otras épocas del año. Se llevaban estos botes con ellos durante los viajes largos donde no tenían acceso a verduras frescas y así, de forma natural, disponían de vitaminas necesarias que les ayudaba a prevenir la malnutrición y enfermedades como el escorbuto y mejorar su estado de salud.

En el final del verano, antes de que llegase el frío, se recolectaba todo lo que había en la huerta y se conservaba para todo el invierno. Esta tradición se ha ido manteniendo a lo largo de los años por diferentes culturas por todo el mundo.

En nuestra cultura, siempre hemos fermentado alimentos: el vino, la cerveza, las aceitunas, los pepinillos, las cebollas, y verduras en general. La forma tradicional de fermentar las verduras era en salazón o salmuera (agua con sal).

La sal siempre ha sido el ingrediente principal en la fermentación. Pero en la actualidad el proceso de fermentación de alimentos se hace de forma industrializada y el resultado final no es precisamente un alimento beneficioso para la salud. En esos procesos se someten a los alimentos a altas temperaturas (pasteurización) haciendo desaparecer a las bacterias beneficiosas para la flora intestinal, en muchos de ellos incluso se utilizan productos químicos tóxicos para el organismo y vinagres de mala calidad. Por lo tanto, no son fermentados de calidad y no favorecen la salud, los consumimos porque nos gusta su sabor nada más.

¿Por qué debemos seguir fermentando nuestros alimentos?

Porque consumiendo alimentos fermentados habitualmente en nuestra dieta cuidamos de nuestra salud en general.

Las verduras lactofermentadas son ricas en probióticos, unos microorganismos que viven en nuestro intestino y que hacen que el sistema digestivo funcione correctamente. En nuestro cuerpo habitan miles de bacterias con las que mantenemos una relación de simbiosis. Nuestro organismo es su hogar, y ellas nos ayudan a tener una salud equilibrada. Sin las bacterias no podríamos vivir.

Al consumir estos alimentos fermentados de forma natural, se generarán, gracias a la acción bacteriana, sustancias beneficiosas como el ácido láctico, los ácidos grasos de cadena corta, los antibióticos naturales, los neurotransmisores (serotonina, dopamina y acetilcolina), enzimas y las vitaminas del grupo B y K. Ellos nos permitirán mantener la salud de nuestro sistemadigestivo.

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