Si algo me gusta de la cocina de verano es la sencillez con que se preparan la mayoría de las comidas: coger simplemente los ingredientes frescos, lavar, cortar y listo, que el aceite la sal y el vinagre ya se encargan de “cocinarlas majestuosamente”.
En verano, las ensaladas son el plato perfecto para cualquier comida, la cantidad de agua que aportan nos mantiene hidratados y saciados. Hay tantas posibilidades, que con un poco de creatividad, iniciativa y apertura a descubrir nuevos sabores podemos estar comiendo una distinta cada día.
Un plato festivo, versátil y sencillo donde los haya, ideal para estos días de picnic, piscina, playa y también metido en un táper para llevar a la oficina. Una vez cocinadas, las guardamos en la nevera en un recipiente hermético y las podemos consumir del tiempo, sacándolas un poco antes de comer o bien darles un toque de calor en una sartén engrasada ligeramente.
Postre fácil y delicioso donde los haya, con tan solo unos cuantos ingredientes que, además, solemos tener siempre en casa. Con esta receta preparamos un caprichito dulce en un abrir y cerrar de ojos, aunque tendremos que dejarlo luego unas cuatro horas de reposo.
Es tiempo de rebajas y Jardín de Luna se suma a ellas. Siempre son una buena oportunidad para comprar algo que deseamos, pero que se nos escapa del presupuesto. Si tal vez estabas pensando en adquirir el curso «Organiza tu menú semanal en 3 horas», y el motivo de no hacerlo era el precio… te lo voy a poner fácil.…