La leche de almendras es ideal para tomarla en los desayunos y meriendas con el té, café, cacao, en infusiones o simplemente sola, y aporta un delicioso sabor en batidos, natillas, y en la repostería casera en general.
Una de las cosas que animan a hacer bebidas vegetales caseras, aparte de porque podemos elegir los ingredientes y su calidad, es por la reducción de envases que se produce.
El consumo de leche de almendras nos aporta una buena cantidad de calcio y de fácil asimilación, además, es muy antioxidante. Contiene arginina, un aminoácido imprescindible en la etapa de crecimiento. A diferencia de la leche de vaca, la leche de almendras no genera mucosidad ni colapso intestinal.
Ingredientes para 4 raciones:
- 150 g de almendra
- 1 litro de agua filtrada o mineral
- 1 pizca de sal marina sin refinar
- Canela en polvo al gusto
- Endulzante natural al gusto (opcional)
Elaboración:
- Dejamos las almendras en remojo en agua filtrada un mínimo de 8 horas y un máximo de 48. Cambiamos el agua cada ocho horas.
- En el momento de hacer la leche, tiramos el agua de remojo y enjuagamos bien las almendras con agua de calidad.
- Colocamos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y trituramos durante un minuto a máxima potencia, dejamos reposar 15 minutos.
- Filtramos bien con la bolsa de tela o similar, o con la chufamix. Embotellamos y la guardamos en la nevera.
- La pulpa de almendra la conservamos en la nevera unos 3 días máximo o la vamos guardando en el congelador en una bolsa para utilizarla en otra ocasión.
Nota: Yo utilizo almendras con piel para la elaboración de la bebida, podemos hacer la bebida con almendras peladas si lo deseamos. Y también podemos tostar las almendras, en este caso no se ponen en remojo, directamente se añaden con todos los ingredientes en el vaso de la batidora y batimos a máxima potencia.
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