Es importante que consumamos alimentos de calidad, de producción ecológica, libres de tóxicos y químicos, productos que esté dando la tierra en ese momento, y lo más próximos posible a nosotros. A partir de aquí tenemos mucho ganado, a nivel de salud, ya que son alimentos nutricionalmente adecuados para la estación correspondiente, además de apoyar un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente.
En el artículo anterior Alimentos fermentados y salud intestinal (I), te hablé de la importancia de consumir alimentos fermentados diariamente y de los alimentos que favorecen a tener una buena salud intestinal y también te hablé de aquellos que son desfavorables. ¿Recuerdas?
Aunque su diagnóstico está en pleno auge, esta malabsorción todavía sigue siendo algo sorprendente e inesperado. Nada más escucharlo, es fácil pensar que la fructosa está en las frutas y, por tanto, eliminándolas de la dieta está todo solucionado.
Planificar semanalmente lo que vamos a comer nos permite alimentarnos de manera equilibrada, ahorrar en la compra y organizarnos de forma más eficiente al cocinar.
Ha sido muy común en las dos últimas décadas escuchar hablar de la intolerancia al gluten, que algunas personas se autodenominen “celíacas” y que en los envases de muchos productos aparezca el aviso “sin gluten”.
Muchas personas a las que les encantan las Navidades, suspiran cuando hablan de las comidas y cenas familiares que se avecinan. Les supone un agobio no poder organizarse como les gustaría y comportarse en la mesa con coherencia y sentido común, para no terminar estas fiestas con unos kilos de más y un gran desorden digestivo.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie de forma individual para contribuir a minimizar los daños que sufre nuestro planeta todos los días, entre ellos el cambio climático?
Un año más recibimos a las Navidades, unos con más ilusión que otros, pero a nadie dejan indiferente. Aprovecho la ocasión para confesar que siempre me han gustado estas fechas. Las he disfrutado mucho tanto de niña como de jovencita, las recuerdo con mucho cariño y anhelo.
Como seres vivos dependemos tanto del medio externo como del interno. Y quizás de este último nos olvidamos, y pensamos que por ahí dentro todo funciona correctamente mientras no notemos ningún síntoma.
Siendo todavía una niña, ya recuerdo tener problemas digestivos: inflamación intestinal, gases, estreñimiento y, en algunas ocasiones dolor intestinal fuerte, además de dolor de estómago.